Dentro del suplicio infernal de tenerla a su lado sin poder tocarla, demonio ingrato, de perversion ironica; dejar a una mujer entre las garras del delirio. entre tus formas hambriento el pecado, y dentro de tu alcoba la muerte acechando, infame dulsura deja de atormentar al debil ante la carne.
De un trozo de placer la agonia inicia, tomandote entre las muñecas y doblando tu espiritu, las cadenas te sofocany entre tu cuello brotan las lagrimas al asfixiante llanto de la bestia que te atormenta.
entre las fauces de tal monstruo el nectar maldita salpicando el dolor infinito del gozo carnal, estupefacto, inherte, inmovil ante la bestia.
como vatir el dolor, komo desmentir la muerte, komo seguir besando a una mujer, ke me atormenta, y ke llega a su alma, devorandola, tiñendo de rojo carmezi, la tunica blanca de su deboradora, entre las fauces, pronunciando palabra diciendo la frase maldita ke me hunde en el abistmo del infierno.
como convatir un te amo, como redimir mi alma ante mi monstruo, con un sentimiento en mi prohibido.
el deseo que jamas vera la luz resguardado en mi alma, el placer de la lujuria del cuerpo indefenso, del ke intenta poseer, jugando con la muñeca, juvenil sonrisa al ver su rostro postrado a su lado.
señor denten a este infame ke osara sacrificar la doncella utilizada, mi monstruo me mira y me atormenta, que sus fauces suelten mi alma y me dejen estallar en paz.
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